Eric del Arco, presidente del Gremi de Llibreters de Catalunya
Es un verdadero honor estar hoy aquí, en la Feria del Libro de Guadalajara, y abrir este Foro Libreros que reúne a quienes compartimos una misma convicción: que el libro sigue siendo una de las herramientas más poderosas para transformar, acompañar y unir a las personas.
Quiero comenzar agradeciendo de corazón la invitación. Que Barcelona sea la ciudad invitada es un privilegio que asumimos con entusiasmo y con mucha responsabilidad. Para nosotros, estar aquí es una oportunidad para fortalecer los lazos entre dos ciudades que respiran literatura y que entienden el libro como un espacio de comunidad.
Hoy hablo en nombre de los libreros y libreras de Barcelona, pero con la certeza de que compartimos un mismo oficio en cualquier lugar del mundo. Aquí en Guadalajara, en Barcelona, o en cualquier ciudad y población que tenga una librería viva, ocurre algo muy similar: una persona cruza la puerta buscando una historia que todavía no sabe que necesita, y alguien —del otro lado del mostrador— le ayuda a encontrarla.
Ser librero es escuchar, es orientar, es dar sentido al aparente caos de cientos de títulos para que cada lector encuentre su camino. Es un trabajo humilde, pero absolutamente esencial dentro de la cadena del libro. Somos el puente entre quien escribe y quien lee; somos espacios de recomendación, de convivencia, de resistencia cultural.
Y dentro de esta cadena existe un aliado fundamental que a veces no recibe todo el reconocimiento que merece: las bibliotecas públicas. Las bibliotecas son un motor de justicia cultural, un lugar democrático, accesible, seguro. Y cuando las bibliotecas compran sus libros en las librerías, cuando forman parte del mismo circuito, todo el ecosistema se fortalece: se apoya a la economía local, se protege la diversidad editorial y se garantiza que más lectores puedan acercarse al libro en las mejores condiciones. Conseguir esto es una de las principales luchas del Gremio de Libreros de Cataluña en la actualidad.
La biblioteca y la librería no son mundos separados: son aliados naturales y se necesitan mutuamente. Barcelona y Guadalajara comparten también esa convicción: que la lectura es un bien común y que las instituciones públicas deben acompañar y reforzar el trabajo de quienes sostenemos la cadena del libro desde el territorio.
Por eso es tan importante que nuestros sectores dialoguen, que compartamos experiencias y que sigamos aprendiendo unos de otros. Lo que nos une es enorme: la defensa de la lectura, la pasión por el libro y la certeza de que sin libreros —y sin bibliotecas fuertes que compren en librerías fuertes— el ecosistema literario queda incompleto.
Este encuentro es una celebración, sí, pero también un compromiso: seguir haciendo posible que los libros viajen más lejos, que más personas encuentren su voz y que las librerías y las bibliotecas continúen abiertas, activas y llenas de vida.
Muchas gracias por recibirnos con tanta calidez, por hacernos sentir parte de esta gran casa literaria, y por seguir creyendo que la cultura se construye todos los días: detrás de un mostrador, en una sala de lectura y en cada recomendación compartida.
Muchísimas gracias